El
expediente de aprobación del proyecto y subasta de las obras del lavadero
público de 1885, es el documento destacado del mes de junio . Como viene siendo
habitual, el Archivo Municipal de Crevillent, dependiente de la Concejalía de Cultura,
destaca todos los meses un documento y en esta ocasión el documento seleccionado ha sido el de la
contratación de las obras del lavadero público perteneciente al fondo municipal.
Este
expediente constituye según la archivera
municipal Bibiana Candela, una de las
joyas documentales que posee el Archivo Municipal pertenecientes al siglo XIX.
En
el siglo pasado, Crevillent alcanza el
límite urbano en su expansión hacia el norte y comienza la urbanización hacia
el oeste, al otro lado de la
Rambla , con el trazado de la plaza Chapí, el Paseo del
Calvario y la ermita de la Santísima Trinidad que se bendijo en 1841. En
esta centuria hay obras muy destacadas como el nuevo Cementerio Municipal, la
finalización de la Iglesia
de Nuestra Señora de Belén, la Casa Consistorial que estaba situada en la que
hoy es calle Blasco Ibáñez y el Lavadero Público.
El
agua, indica la concejal de Cultura Loreto Mallol, ha sido un elemento
vertebrador a lo largo de la historia y evolución de Crevillent y aprovechando
que el agua procedente de la
Fuente Antigua pasaba por la calle Abrevadero, hoy conocida
como Llavador, se construyó un lavadero sobre uno ya existente, que al parecer
se construyó en el siglo XVIII. Este lavadero estuvo en funcionamiento hasta
1925, cuando se construyó otro edificio que posteriormente fue rehabilitado
como Biblioteca Municipal en la calle Virgen del Carmen.
En
el documento consta que los miembros del Gobierno Municipal decían “estar
convencidos de la necesidad imperiosa de
construir con la urgencia posible un lavadero, en bien de todos y en
particular, de las pobres que se hallan dedicadas al lavado de las ropas y de
la salud e higiene pública”. Por ello el arquitecto José Guardiola Picó redactó
el proyecto y se subastaron las obras.
El
expediente que contiene, en forma de libro, el proyecto del lavadero está
compuesto por la memoria, el presupuesto, las condiciones y planos detallándose
con todo tipo de detalle los materiales empleados en la obra que tenía un
presupuesto de 23.500 pesetas. Tras la subasta pública de la obra, ésta fue adjudicada al crevillentino Agustín López
Santacruz por 18.998 pesetas y 45 céntimos.
La
construcción que se empleó fue la sillería, con columnas, barandillas y
celosías de hierro y tres entradas al edificio que además tenía tres locales
para la venta y un depósito de jabón y retretes. El lavadero tenía una longitud
de treinta y ocho metros y medio y ocho metros de ancho la nave, dejando un
espacio a la calle de diez metros.
Trascurrido
el plazo establecido en el pliego de condiciones de seis meses, la obra fue entregada y certificada el 29 de
noviembre de 1885, momento en que era muy urgente ponerlo en funcionamiento
porque las poblaciones que limitaban con nuestra localidad y el mismo
Crevillent estaban afectadas por el cólera.
El
documento puede ser consultado, por las personas interesadas, en el Archivo
Municipal.
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